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Seguramente hoy leerás en muchos medios que han descubierto un nuevo órgano humano bajo el nombre de intersticio. La principal controversia sobre esta interesante característica anatómica reside precisamente en si es o no un “órgano”. Sin embargo, lo más importante es lo que puede conseguir su estudio.

En primer lugar, ¿qué es el intersticio? Al parecer, los investigadores habían creído durante mucho tiempo que la red de tejidos que rodeaba nuestros órganos era una capa gruesa y compacta. Eso es lo que veían cuando miraban en el laboratorio, al menos fuera del cuerpo.

 Sin embargo, en una endoscopia de rutina (una exploración del tracto gastrointestinal), una micro cámara reveló algo inesperado. Cuando se observó en un cuerpo vivo, este tejido conectivo resultó ser “un espacio abierto lleno de líquido apoyado por una red hecha de gruesos paquetes de colágeno”, según explicó el patólogo y autor del estudio, Neil Theise, a ResearchGate.

No sólo eso, resulta que esta red de canales está presente en todo el cuerpo y funciona como una especie de cojín suave y elástico que protege los órganos de los golpes externos a medida que el cuerpo se mueve. De hecho, Theise sospecha que el procedimiento de muestreo utilizado para hacer las diapositivas, anteriormente la única forma en que los científicos podían inspeccionar el tejido en detalle, cambió la forma de los especímenes. Según el científico:

Solo tomando una pequeña pieza de tejido de este espacio permite que el fluido en el espacio se drene y que los haces de colágeno de soporte se colapsen como los pisos de un edificio colapsado.

Image: Intersticio (CC-BY-ND)

Los investigadores pudieron ver pequeñas grietas en el tejido bajo el microscopio, pero pensaron que esas grietas ocurrieron cuando el tejido se tensó demasiado:

Estos eran los restos de los espacios colapsados. Habían estado allí todo el tiempo. Pero fue solo cuando pudimos ver el tejido vivo que pudimos ver eso.

Theise también dejó claro que el intersticio no era solo el “espacio entre las células”. Los investigadores piensan que debería reclasificarse como un órgano apropiado debido a sus propiedades y estructura únicas que, según Theise, son “altamente específicas y dependen de las estructuras únicas y los tipos de células que lo forman”.

Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo. Si bien el descubrimiento del intersticio es indiscutiblemente un logro científico significativo que podría conducir a una nueva comprensión del cuerpo humano, aún queda mucho por hacer para determinar su función y cómo afecta al resto del cuerpo. Michael Nathanson, de la Escuela de Medicina de Yale, es escéptico con respecto a la designación de “órgano”. Para el investigador, “consideraría esto como un nuevo componente que es común entre una variedad de órganos, en lugar de un nuevo órgano en sí mismo”.

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Sea un “órgano” finalmente o no, lo más importante de este descubrimiento es que sus implicaciones en la investigación del cáncer pueden ser enormes. De hecho, el equipo de Theise sugiere que el intersticio podría ser una fuerza fundamental en la conducción de la metástasis del cáncer.

El equipo descubrió que en pacientes con algunos tipos de cánceres malignos, las células podrían salir de los tejidos donde se originaron y filtrarse a estos canales, lo que eventualmente podría contaminar el sistema linfático. “Una vez que entran, es como si estuvieran en un tobogán acuático”, dijo el patólogo. “Tenemos una nueva ventana sobre el mecanismo de diseminación tumoral”.

De ser así, con un análisis más detallado del fluido que viaja a través del intersticio, los investigadores esperan poder detectar el cáncer mucho antes de lo que pueden hacerlo hoy. [ResearchGateNewAtlas]