EMOCIÓN EN HUANGUELÉN

 Maria Eléna, Pedro y un encuentro a 36 años de Malvinas

Se habían escrito en 1982, cuando ella tenía 11 años y él 19, y estaba en la guerra. Retomaron contacto hace dos años, y hoy se conocieron en persona.

Video: Marielé, Pedro y un encuentro a 36 años de MalvinasFotos y video: Prensa Coronel Suárez

Hernán Guercio / hguercio@lanueva.com.ar

– ¿Lo conocés a Pedro? -preguntó el relator.
– No -contestó María Elena, Marielé para todos los que estaban esta mañana en la plaza de Huanguelén-. Me gustaría. Estamos en contacto desde que la carta que me mandó desde Malvinas salió a la luz, pero nunca nos encontramos.
– Pedro está acá -respondió el relator.
Pero ella entendió que lo decía en forma figurada, en medio del acto homenaje a los caídos y héroes de la Gesta del Atlántico Sur, a 36 años del comienzo del conflicto, y al que ella había acudido porque le habían pedido que leyera la carta que un soldado desconocido -un tal Pedro Baracco- le había enviado en plena guerra.
– Marielé -repitió el locutor-, Pedro está acá. Es más, está atrás tuyo.

Se dio vuelta. Ahí estaba Pedro, parado frente a ella con un jean, una camisa azul y una campera de hilo negra, con un ramo de rosas en la mano, 36 años después de haber recibido -en Malvinas- una carta desde un pueblito bonaerense, escrita por la pequeña María Elena Bravo, de tan solo 11 años.
A pesar de que las balas inglesas surcaban el frente argentino, la respuesta de aquel soldado de apenas 19 años de edad no se hizo esperar y llegó días después a Huanguelén. Esa misma carta estuvo escondida entre las cosas de Marielé hasta hace dos años, cuando la encontró y logró comunicarse con Pedro por Facebook. A partir de ahí se sucedieron contactos por redes sociales y teléfono, pero nunca se habían encontrado.

Huanguelén, 3 de abril de 2018. Los que veían a Pedro caminar hacia Marielé mientras ella hablaba con el locutor frente a todo el pueblo, aguantaban la respiración; a muchos les costaba reprimir las lágrimas y la gran mayoría sintió el alivio cuando llegó el “está atrás tuyo”. Lloraron todos: ella, él, el locutor, el hijo de Marielé -uno de los “cómplices” en esta sorpresa-, los chicos de los colegios, las maestras, el público; todos. Incluso el intendente de Coronel Suárez, Roberto Palacio -que también estaba enterado- no pudo casi dar su discurso.
Emocionadísimos, todos aplaudían, todos reían, todos creían en milagros. Hasta ellos dos, confundidos en un abrazo que tardó 36 años en llegar.


Pedro asegura que los únicos que sabían de la sorpresa eran algunos funcionarios de la municipalidad de Coronel Suárez, la dirección de la Escuela Nº 8 y el hijo de Marielé. Para todos los demás fue una sorpresa.
“No sabíamos cómo hacer el reencuentro durante el acto, pero finalmente lo hicimos. Creo que ella y yo nos debíamos este momento. Además, me regaló la carta original, la que le mandé yo. La que me había enviado ella nunca la pude; tengo varias, pero no esa. Aunque en ese momento, en plena guerra, no nos dejaban guardar nada”, dice.
Marielé, en cambio, aún no puede salir del asombro.
“Fue algo fuertísimo, una emoción indescriptible -cuenta-. A veces uno hace o escribe cosas, pero sin saber hasta donde puede llegar o qué le va a transmitir al otro con sus palabras, y se terminan moviendo muchas más cosas”.
Ella, reconoce, intuía que algo estaba pasando durante el acto.

“Veía que había algo más, aunque no sabía qué era. Viajé desde Coronel Suárez directamente al acto en Huanguelén, pero no tenía idea de la sorpresa que me iba a llevar. Además, cuando leía la carta que Pedro me había mandado desde Malvinas estaba emocionada, porque frente a mí estaban los alumnos de la escuela en la que yo había escrito la primera de las cartas. Pero no imaginaba que él se iba a aparecer”, recuerda.
A partir del reencuentro a través de las redes sociales, siempre había estado la posibilidad de encontrarse en Rosario -donde él vive- o en Huanguelén, pero nunca se había concretado la reunión.
“Yo encontré la carta hace un par de años, pero fue Pedro quien hizo el resto. Es muy lindo todo lo que hemos vivido”, relata a La Nueva.

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