BAHIA BLANCA: El Club de Vehículos de Colección transita por los senderos de la vigencia

La organización es un orgullo para Bahía Blanca. Testimonio de socios y aficionados. Y una galería de imágenes imperdible de una actividad que despierta admiración a su paso por las calles de la ciudad.

Por Leandro Grecco
lgrecco@labrujula24.com – Instagram: @leandro.grecco – Twitter: @leandrogrecco

En Bahía Blanca existe una entidad que estimula y promueve la puesta en valor de autos que en un pasado fueron parte mayoritaria del parque que circulaba por la ciudad y hoy son considerados por una amplia porción de los ciudadanos como un patrimonio digno del reconocimiento por el alto nivel de nostalgia que genera su evocación.

Se trata del Club de Vehículos de Colección, el cual engloba a una importante cantidad de aficionados que comparten la vivencia de ser propietarios de unidades en excelente estado de conservación, los cuales suelen mantener reuniones periódicas en la ciudad y la región, exhibiéndolos en cuanto evento participan.

La Brújula 24 conversó con quienes le dan vida a esta actividad y mantienen la llama encendida de la organización sin fines de lucro para saber cuáles son las motivaciones que los llevan a invertir tiempo y dinero en verdaderas reliquias mecánicas, dejando un legado para generaciones futuras que observan deslumbradas el fruto de ese esfuerzo.

Su surgimiento, la vigencia y los proyectos

Jorge Neto es el actual Presidente de la institución y en su charla con este diario digital sostuvo: “El Club nace a partir de la inquietud de un grupo de entusiastas allá por 1993. Todo comienza en la participación en un desfile por el aniversario de la ciudad. Allí, se decide armar una institución que los involucre. Uno de los futuros socios fundadores, un destacado escribano de la ciudad, lleva adelante la tarea de gestionar la personería jurídica y dar forma a los estatutos”.

“Es así que el 11 de Mayo de 1993, se constituye nuestro querido Club, que lo situaba como el más austral del país, ya que lo más cercano era Mar del Plata. Con posterioridad se transformó en uno de los pocos Clubes fundadores de la Federación Nacional que engloba a nuestra actividad. Y desde entonces se ha convertido en ese espacio donde desarrollar la pasión de nuestros asociados”, enfatizó Neto.

En paralelo, aseguró que “al momento de considerar si un vehículo es de ‘colección’ no solo se tiene en cuenta la antigüedad, sino también características de diseño, unidades producidas, historial particular del vehículo (actuaciones deportivas, etc) y varios parámetros más, todo esto enmarcado en las reglamentaciones que surgen de la FIVA, que es la federación a nivel internacional y nuestra FACAH, que es el organismo federativo a nivel nacional”.

“Muchos autos son los que forman parte del Club, con una participación activa de unos 80 socios, muchos de ellos poseen más de un vehículo, incluso varios en distintas etapas de restauración, o simplemente guardados esperando turno en una larga lista”, explicó, durante otro segmento de la charla.

Es así que Neto detalló que “el espíritu que acompaña a los entusiastas no solamente es el vehículo terminado y en condiciones de rodar. Muchos se consideran ‘coleccionistas de proyectos’, los que rescatan vehículos o partes en estado ruinoso y los resguardan de su destrucción, preservándolos para que un futuro alguien lleve a cabo la recuperación”.

“Se organizan reuniones de sociabilidad para intercambiar conocimientos, anécdotas, salidas o paseos con los vehículos y acompañamiento y asesoramiento a los socios sobre los automóviles.  Nuestro querido Club lleva ya casi 30 años de actividad ininterrumpida, lo que lo sitúa junto a los de otras ciudades del interior del país”, consideró, durante el diálogo vía Whatsapp.

Los objetivos desde un principio fueron claros: “Una de las metas del club fue integrar a la familia, compartir nuestra pasión con hijos y nietos para que puedan continuar con la preservación del patrimonio que es parte de Bahía Blanca y con tanto esfuerzo se pudo conseguir”.

El auto más antiguo

“Paco” Inchauste es una verdadera institución para la ciudad. Se trata nada más y nada menos que el dueño del auto más antiguo de Bahía Blanca. Un verdadero conocedor de la materia que suele ser consultado por todo el país y hasta desde los Estados Unidos por su sapiencia y experiencia, una verdadera enciclopedia viviente.

En una amena charla con este medio, confirmó el dato: “Soy uno de los fundadores del Club de Vehículos de colección de Bahía Blanca. Además, propietario de algunos autos antiguos, todos con ruedas de madera, entre ellos un Ford T modelo Runabout del año 1919, que es el más antiguo en circulación”.

Luego, Inchauste reveló especificaciones técnicas del rodado: “El primer Ford se creó en 1903, que fue el modelo A. Luego se fueron probando distintos modelos (K, N, R, S) Hasta que salió el T, que tuvo mucho éxito, del cual se fabricaron más de 15 millones de unidades”.

“El T tiene caja de velocidades, no de cambios. Éstas son alta, baja y retroceso, que se comandan con los pedales. El embrague se acciona con la mano lo mismo que el acelerador. El freno es en baño de aceite y frena por intermedio del cardan solamente en las ruedas traseras”, manifestó, con el entusiasmo de quien disfruta de su pasión.

Asimismo, añadió que “el motor posee un magneto que eroga entre 6 y 30 volts que alimenta a cuatro bobinas transformadoras que distribuyen la corriente a las bujías. La caja reductora de dirección se encuentra inmediatamente debajo del volante reduce 4 ó 5 veces (según el modelo) el giro de la columna”.

“Esas y muchas otras particularidades lo diferencian de los autos convencionales. En líneas generales, esta clase de autos no requiere de cuidados especiales. Están pensados para circular en la época en la que se crearon por caminos muy dificultosos. Lo que resulta primordial es que sus componentes estén lubricados”, desmenuzó un entrañable “Paco”, querido por todo el ambiente.

Por último, reconoció que “el mantenimiento de las unidades es caro si uno considera las horas que demanda la restauración porque son unidades que no se encuentran en perfecto estado de conservación. El Ford T aguanta los pozos y caminos en mal estado”.

En primera persona

La Brújula 24 propuso un ida y vuelta con tres integrantes del Club, a los cuales se les consultó sobre distintos aspectos que hacen al devenir diario de una práctica que los mantiene siempre activos y con la férrea premisa de perdurar.

  1. ¿Cómo nació tu inquietud por los vehículos antiguos y cómo se sostiene esa pasión en el tiempo?
  2. ¿Qué cuidado en particular tenés para con tu auto y cuánto cuesta su mantenimiento?
  3. ¿En qué lugar se posiciona Bahía Blanca en relación a la cantidad y calidad de vehículos respecto de otras grandes ciudades?
  4. ¿Qué sensaciones percibís cada vez que ponés en marcha el motor o te subís a circular por la ciudad o la ruta?

Fernando Cuesta:

1) “Siempre considero que mi pasión por los vehículos clásicos surge en mi época de estudiante en la secundaria, cursando quinto año de la Escuela Industrial. Nací en Alvarado al 1300 y a tres cuadras hay un jardín de infantes al cual todos los días iba una maestra en el vehículo que me inició en esta pasión, era un BMW Isetta 300 del año 1958.

“El 10 de Agosto de 1985 pude comprarme uno que estaba en una vereda en cercanías del Hospital Penna, el cual todavía conservo. Fue mi primer coche y pocos podemos decir ‘mi primer auto fue un BMW’. Mi primer vehículo resultó una bicimoto Pumita cuando tenía 14 años, la que lleva el motor sobre la rueda delantera”.

“Esos fueron mis comienzos con los vehículos clásicos. Luego ya trabajando como docente de la escuela técnica en Agosto del 2003 me acerque al Club de Vehículos de Colección que ya tenía 10 años desde su creación”.

“Ahora considero que tengo el tiempo para ser mas participe en el Club, por estar jubilado como docente. Por esa razón gran parte de todos los días se la dedico a esta pasión ya que hoy hay en casa nueve  autos clásicos en marcha, algunas motos y también bicicletas, además de muchos más proyectos que están a la espera de volver a tener su momento de gloria”.

2) “El tener varios autos en condiciones de ser usados todos los días lleva su tiempo y algunos gastos. Hasta hace dos meses venía comprando una batería por mes”.

“Particularmente le digo a la gente que le gustan los autos clásicos que no posterguen esa pasión. Dan muchas satisfacciones y mejor si tienen el clásico que siempre les gusto o que tuvieron en otra etapa de la vida. Nosotros estamos para ayudar en todo lo que necesiten”.

3) “Bahía Blanca tiene un gran potencial de autos clásicos y eso que algunos se nos han ido. Siempre charlamos con los muchachos del Club que lo que se ve en la calle llegará al 20% de lo que realmente hay. También es necesario aclarar que muchos de esos vehículos necesitan una gran inversión y la mano de obra calificada para ser un Vehiculo de Colección y ya son pocas las personas que dedican tiempo a estos autos”.

4) “Andar en un auto clásico a diario es algo que en mi caso me da mucho placer. He tenido días que he llegado andar en siete de los que hay en casa y cada uno tiene su encanto. Y muchas veces me ha pasado que salgo de algún  lado y me encuentro con gente tomándose fotos en el auto”.

“A raíz de eso se suelen generar buenas charlas, invitaciones para que se acerquen al Club y a veces te comentan de alguien que tiene algún auto en determinado lugar y ahí se me iluminan los ojos y saco la mayor información para llegar al mismo”.

Leo Conditi:

1) “Mi inquietud nació cuando era muy chiquito. Recuerdo que mi mamá me llevaba a los desfiles y a mi me volvían loco los autos viejos. Frente a mi casa vivía un amigo y había un Ford T. Muchas veces jugábamos arriba del auto. No teníamos más de cinco años, y tras el fallecimiento de su papá, fue su tío quien nos llevó a un desfile a bordo de esa reliquia”.

“Me acuerdo también que iba a una peluquería en calle 12 de octubre, antes de llegar a la esquina con Paraguay. Al lado había una zapatería y pegado una casa tipo chalet con un alero debajo del cual se estacionaba un Ford A Tudor color azul al que siempre me quedaba mirando”.

“Allá por el año 2000 me encuentro con una persona en la plaza del Barrio Palihue que estaba junto a su Ford A. Me detengo, me pongo a hablar y me dio una tarjeta con su nombre y teléfono para que lo llame. Al siguiente fin de semana nos encontraramos para dar una vuelta en su auto. En el segundo encuentro me presta su vehículo y me enseña a manejarlo. Ese fue el disparador de la locura y pasión por estos ‘juguetes de grandes’”.https://www.youtube.com/embed/wpzIKbtJgfo?feature=oembed&enablejsapi=1

2) “Los cuidados no son muchos, dado que mis autos tienen componentes originales y con poco uso. De vez en cuando los pongo en marcha y doy unas vueltas. En cuanto al mantenimiento, es primordial cargar la batería porque es a 6 volts y necesitan que esté al máximo para arrancar sin problemas. También el cambio de aceite de motor una vez por año. Son autos que normalmente no se rompen y si llegara a necesitar algún repuesto, se traen importados de USA, donde se consiguen nuevos”.

3) “Lo que me ocurre en Bahía y que habla de cómo es el vecino es que todos te saludan, te dan paso, te tocan bocina, te preguntan cosas, es algo muy lindo. Después que bajas mil cambios porque estos autos andan bastante más despacio y tanto el motor como el escape tienen ruidos muy particulares. Tienen olores diferentes, el combustible, el cuero de las capotas y tapizados, pero lo más loco es que cada vez que te subís y das una vuelta es como que ingresrás en el túnel del tiempo”.

4) “Hablando de sensaciones, cuando manejo el Ford A, el volante está a la derecha, lo que me suministra una sensación muy rara. En el T, es más como ir al mando de una carreta con motor. Es más alto, tiene la dirección como un karting, media vuelta para cada lado, y es el único auto con tres pedales. Ninguno de ellos es el acelerador ni el embrague”.

Roberto Gutiérrez:

1) “Contador de profesión, amante de los fierros e improvisado mecánico por herencia de mi padre, desde joven empecé a adquirir esta hermosa pasión por los fierros. Es algo que crece sin límites en el tiempo, debido a la gran dedicación que uno le pone a estos autos. Sin eso sería imposible tenerlos”.

2) “El cuidado de estos vehículos es permanente día a día y en mi caso particular no tan costoso, pues tengo la posibilidad de meter mano en casi todo”.

3) “Nuestra ciudad está posicionada entre las más importantes, por la cantidad de autos con gran cantidad de años y calidad de los mismos”.

4) “La sensación que se vive circulando en estos vehículos es extraordinaria, no solo por estar manejando un vehículo de 100 años sino también, por el reconocimiento que recibís de cada una de las personas que lo ven pasar”.

“En particular, mi Ford T es del año 1922 y en el mes de octubre estaremos festejando sus 100 años”.

Para quien se transforma en coleccionista, la aparición de joyas de esos tiempos es una tentación permanente. Lo mismo le pasa al coleccionista de obras de arte. Hay muchos eventos y todo un mundo alrededor. La camaradería, amistad, belleza visual en los paisajes son una sensación única e irrepetible.

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