Malvinas: el pacto que cerró Mauricio Macri con Londres a espaldas del Congreso

Lejos del consenso generalizado sobre la centralidad del reclamo de soberanía sobre Malvinas, el gobierno de Macri había relegado esta reivindicación en favor de acuerdos comerciales.

Susana Malcorra y Mauricio Macri

A 39 años del inicio de la Guerra de Malvinas, el presidente Alberto Fernández ratificó como una política de Estado el reclamo inclaudicable por la soberanía argentinas sobre esos territorios así como sobre las islas Sandwich del Sur, Georgias del Sur y el área marítima circundante y envió al Congreso de la Nación tres proyectos de ley para beneficiar a ex combatientes.

La decisión y el compromiso asumidos de erigir este reclamo en una política de Estado que sea continuada más allá del color político del gobierno de turno quedó plasmado en agosto pasado (poco antes del 200° aniversario del primer izamiento de la bandera argentina en Malvinas) cuando el Congreso de la Nación sancionó la ley que creó el Consejo Nacional de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos correspondientes que cuenta con una composición plural y tiene por objetivo trazar y sostener políticas de Estado.

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Alan Duncan y Susana Malcorra

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Dicho cuerpo, encabezado por el presidente de la Nación y del que participa también el ministro de Relaciones Exteriores Felipe Solá está integrado representantes de las principales fuerzas políticas con representación entre los que se cuentan los senadores Jorge Taiana, Juan Carlos Romero, Pablo Blanco, Gladys González, María Eugenia Duré y Carmen Lucila Crexell; los diputados Aldo Leiva, Facundo Suarez Lastra, Federico Frigerio, Roxana Bertone, Soher El Sukaria y Roxana Reyes; los académicos y juristas Susana Ruiz Cerutti, Marcelo Kohen, Martín Balza, Armando Abruza, Frida Armas Pfirter, Mónica Pinto, Juan Gabriel Tokatlian, Alcira Argumedo y Oscar Padín; el gobernador de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, Gustavo Melella y los ex combatientes Adolfo Schweighofer Ernesto Alonso.

Esta mirada transversal y consensuada que la Argentina necesita darle a su posición sobre la cuestión Malvinas puede parecer evidente en la teoría pero no fue siempre así en la práctica. El ejemplo más reciente y palpable de ello fue la intención del gobierno de Mauricio Macri de eludir consensos y estrechar relaciones con Londres con el objetivo de alcanzar acuerdos comerciales relegando a un segundo plano la cuestión Malvinas.

Tal fue el acuerdo que a menos de un año de asumido el Gobierno de Cambiemos alcanzó con Londres a espaldas del Congreso de la Nación y que motivó aireadas críticas de organizaciones de ex combatientes, la oposición de aquel entonces y hasta de los propios aliados del macrismo en el gobernante Cambiemos.

El cariz del acuerdo quedó en evidencia al generar fuertes resistencias en la Argentina y un más que decidido respaldo de los kelpers y el entonces gobierno de la premier británica Theresa May.

El acuerdo sellado entre la entonces Canciller Susana Malcorra y quien se desempeñaba como vicecanciller británico, Alan Duncan, incluía la reanudación de vuelos desde el continente al archipiélago, la explotación conjunta de pesca e hidrocarburos en la zona marítima del conflicto pero nada decía sobre el reclamo por soberanía que sostiene la Argentina.

Tal «olvido» fue rápidamente interpretado como un intento del gobierno de Cambiemos por relegar a un segundo plano la cuestión Malvinas en pos de hacer unos pocos nuevos negocios.

De hecho el gobierno asentado en Malvinas dio la bienvenida al acuerdo y resaltó que «la soberanía de las Falklands (Malvinas) no será parte de estas conversaciones» que se adoptarían de ahora en más.

El entonces jefe del bloque de diputados del Frente para la Victoria, Héctor Recalde , aseguró tras conocerse el contenido del acuero que «la ambición personal por obtener un cargo no puede justificar el renunciamiento a la defensa de la soberanía argentina sobre las islas Malvinas. No es admisible que entreguemos nuestros recursos pesqueros y petroleros por un voto en las Naciones Unidas», en referencia a la candidatura a la Secretaría General de la ONU, a la que aspiraba Malcorra.

En tanto el diputado socialista de la Comisión de Relaciones Exteriores, Juan Zabalza, dijo que «no se justifica de ninguna manera el apuro por firmar esta declaración con el Reino Unido, que ni siquiera ha sido informada al Parlamento, tratándose de una cuestión inherente y sensible al interés nacional». Además Zabalza dijo que «se aceptó erróneamente no hablar de soberanía».

Pero las críticas no fueron únicamente opositoras. Aunque con más mesura la UCR y la Coalición Cívica, aliado del PRO en Cambiemos mostraron su disconformidad por el acuerdo alcanzado también a sus espaldas.

Ante el escándalo la Unión Cívica Radical, la Coalición Cívica y el Frente Renovador acordaron en que el acuerdo, antes de entrar en vigencia, deberá ser aprobado por el Congreso.

En ese sentido Mario Negri, presidente del bloque radical en Diputados, había expresado: «La vamos a invitar (a la Canciller) al Congreso para que nos explique cómo impactan estos diez puntos que se mencionan en el comunicado conjunto sobre el reclamo por la soberanía argentina de las Islas Malvinas”.

En tanto la Mesa Nacional de la Coalición Cívica, manifestó preocupación ante el acuerdo: «El objetivo de la política de Estado de nuestro país no se alcanzará por medio de un esquema de cooperación en el que el gobierno británico solo entiende la negociación como una imposición de sus condiciones», indicaron desde el partido liderado por Elisa Carrió.

Desde el massismo, Alberto Asseff, calificó el documento como «un mal preacuerdo» e «innecesario». «El contexto internacional no exigía premura, pero el gobierno se apresuró a suscribir un comunicado conjunto con Gran Bretaña. En el mejor momento nuestro, es un mal preacuerdo. Innecesario», sentenció.

Ante el aumento de las críticas Macri, desde Nueva York, tuvo que salir a decir, contra lo que evidenciaba el acuerdo que «el reclamo de soberanía es permanente y no negociable”. Sin embargo, cuando le tocó el turno de su primer discurso oficial ante la Asamblea General de la ONU, Macri mostró claramente ese giro que dio de manera unilateral para acercarse a Londres y utilizó un tono muy suave en el que reclamó “diálogo con el Reino Unido para solucionar amigablemente la disputa que tenemos hace dos siglos por Malvinas”. “Hemos dado muestras de interés de avanzar en nuestra relación bilateral. Confiamos en que será posible activar una solución definitiva”, insistió Macri en línea con la promesa que hizo al asumir la presidencia y avanzar hacia «un nuevo tipo de relación con el Reino Unido».

Hoy, al cumplirse 39° aniversario del inicio de la guerra, el Consejo Nacional de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes promete ser la garantía para que la cuestión Malvinas se convierta definitivamente en una cuestión de Estado irrenunciable y que arranques inconsultos, unilaterales y ajenos al legítimo reclamo de soberanía como el de Cambiemos en 2016 alejen a la Argentina de su objetivo último de poner fin a uno de los pocos enclaves neo coloniales que aún quedan en el mundo y recuperar lo que por derecho internacional le pertenece.

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