Por amenazas a la Gobernadora Vidal, cayó un policía en Haedo

Por amenazas a la Gobernadora Vidal, cayó un policía en Haedo

Un policía fue detenido anoche acusado de haber realizado un llamado intimidatorio dirigido a la Gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal.

De acuerdo a fuentes oficiales, una vez que ingresó la comunicación por el 911, “se activó el protocolo de seguridad, dando conocimiento de la situación al jefe de custodia de la casa de Gobierno”.

“También se comunicó el hecho a la Auditoría de Asuntos Internos y se solicitó información a la Dirección de Tecnologías Aplicadas respecto del móvil que se utilizó para lanzar la amenaza”, agregaron.

En ese mismo momento, en el plano judicial, se iniciaron actuaciones judiciales caratuladas como “averiguación de ilícito”, con intervención de la UFI Nº 5 de Morón, a cargo del de Dr. Pagani.

Respecto del acusado, fue identificado por los investigadores como Emanuel Flavio Malatesta, quien, aclararon los informantes, “por base de datos de Regímenes Policiales del Ministerio de Seguridad se establece que es efectivo policial, jerarquía Oficial de Policía, que ingresó a esta repartición el 06/04/2015, legajo 411.323, con destino CPC de Merlo”.

Actualmente se encuentra en situación de licencia médica y se supo que le incautaron el celular que habría utilizado para el llamado anónimo, el que será sometido a peritajes.

Antes habría tenido un pasado como militar y a la Policía ingresó durante la gestión del Gobernador Daniel Scioli.

Por otra parte, las mismas fuentes adelantaron que “por el contenido de los llamados y su actitud ante la detención, la Justicia ordenó la realización de una pericia psiquiátrica” para evaluar si eventualmente comprende la criminalidad de sus actos y puede dirigir sus acciones.

Anoche, a la espera de ser citado a prestar declaración indagatoria, Malatesta permanecía alojado en una dependencia de Investigaciones.

El operativo, demás está decirlo, generó un gran revuelo en el vecindario. Tuvo lugar en un departamento situado en la calle Caseros al 700, en Haedo, donde, en principio, nadie entendía absolutamente nada y mucho menos el por qué lo llevaban detenido.

Por eso grande fue la sorpresa de todos cuando los agentes susurraron los motivos.

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