CORONEL PRINGLES: Preocupación por el cierre de comercios en Pringles

La situación se está agudizando por los numerosos locales que bajaron sus persianas de manera definitiva, por el impacto de las tarifas y los alquileres.
Gran cantidad de comercios de Coronel Pringles cerraron definitivamente sus puertas en los últimos meses, a raíz de una marcada caída en el consumo que genera gran preocupación en la mayoría de los rubros, que -en líneas generales- experimentan un descenso de la facturación que ronda el 30 por ciento en comparación con el año pasado.
Es un momento difícil, y los propios comerciantes lo han manifestado en virtud que «con solo mirar el Centro de la ciudad, se puede observar el impacto que ha tenido en ellos».

El aumento de las tarifas es muy preocupante. A las alicaídas ventas se suma el incremento de los costos fijos y eso pone en riesgo a los comerciantes pequeños y no tan pequeños que no pueden resistir la situación. De acuerdo a lo señalado, hay comercios que han cerrado, en virtud que no han podido resistir esta suba de precios, de tarifas, y de los alquileres para quienes deben alquilar.

Si bien se da el caso que en nuestra ciudad, se cierra y abren comercios todos los días, los más comunes son kioscos, verdulerías, y pequeños almacenes.
La pregunta es: ¿qué se hace ante este panorama? Somos una ciudad con una población de ‘casi’, 23 mil habitantes cuyos destinos – por decirlo educadamente- están en manos de los gobernantes y creemos que llegó la hora de mostrar cómo defienden a los suyos, cómo hacen para resolver los problemas de los vecinos, comerciantes, Pymes y pequeñas industrias castigadas por los tarifazos en los servicios públicos, alquileres, en los alimentos…. cómo discuten la extorsiva presión tributaria y altas tasas inmobiliarias sobre quienes no llegan a cubrir los gastos de la canasta básica o cómo logran paliar las secuelas de una sequía en un sector ganadero que, además, es castigado por aumentos de todo tipo y también necesita del acompañamiento gubernamental.

La ‘familia tipo’ en nuestra ciudad (léase papá, mamá, y dos hijos en edad escolar) no le interesa a qué funcionarios metieron presos y luego los dejaron libres, ni que prometen nuestros gobernantes.
La ‘familia tipo’, quiere que el dinero ganado dignamente con el trabajo, les llegue a fin de mes. Que les alcance para brindar a sus hijos el pan y la leche de cada día, productos que deberían ser los de más bajo costo.
Consumir diariamente un litro de leche y un kilo de pan, para dar un ejemplo, le insume a la ‘familia tipo’ al mes aproximadamente $1.800, si tomamos el precio de la leche a 20 pesos y el kilo de pan a 40 pesos. (La aclaración es para lo que piensen que es exagerado).
Esto significa, que mientras la canasta básica aumenta diariamente, los sueldos de los simples trabajadores, se encuentran congelados y no pasan de los 13 mil pesos en algunos casos, y en otros, muy por debajo, sin olvidarnos de nuestros jubilados, cuyo haber mínimo no alcanza los 8 mil pesos con todo lo que ello representa para ellos, en contraposición de las jubilaciones de privilegios que pasan los 180 mil pesos.
No incluimos acá, los sueldos de funcionarios, de jueces, de legisladores, ni de empleados de administración pública, en una palabra empleados de un Estado, que pareciera que estuviera ausente.

Pareciera que no se visualizara la problemática. Durante la breve visita de la Gobernadora Vidal a Pringles, fueron muchas las manos que le acercaron sobres con diferentes peticiones, entre ellos, de productores, de la Cámara de Comercio, de docentes, de vecinos que pedían por la vuelta del tren … entre otras cuestiones.
Es cierto, que si al campo, motor de los pueblos en la Provincia de Buenos Aires, le va mal, si los pequeños y medianos comercios e industria, les va mal, todos los engranajes de la comuna se resienten.
Casi no recordamos cómo fue, pero de pronto ingresamos en un círculo de decadencia en el que se ensanchó la brecha de la desigualdad, la educación, la salud y la justicia se resintieron como nunca antes y, de pronto, nos sorprendió el miedo, se instaló y allí está..
Creemos, que es ahí, cuando el sufrimiento de la gente aparece, que el Estado debe actuar en consecuencia y demostrar que nadie más que él los entiende, que sufre y siente como ellos.

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