El cuerpo de la mujer de 30 años y madre de dos chicos fue reconocido por su ropa y una pulsera. Su concubino había sido detenido apenas se produjo la desaparición pero se suicidó a las pocas horas en la celda.
El cuerpo encontrado en una ruta cercana a la localidad correntina de Bella Vista fue reconocido este martes como perteneciente a Araceli Navarro, la mujer de 30 años que había desaparecido a principio de marzo y cuyo concubino se suicidó en la celda a la que había sido confinado por el caso.
El reconocimiento estuvo a cargo de Carolina Navarro, hermana de Araceli, quien a pesar de que el cuerpo estaba en avanzado estado de putrefacción, pudo reconocerla por las prendas que tenía puestas y una pulsera.
«Me llamaron y fui a reconocer el cuerpo; lamentablemente es Araceli, la reconocí por las ropas y una pulsera que tenía», sostuvo Carolina en diálogo con Radio Sudamericana. «Obviamente estaba irreconocible el cuerpo, pero la ropa y la pulsera son de ella», añadió.
El cadáver fue encontrado en las últimas horas de la tarde del lunes a un costado de la ruta provincial 27, a la altura del kilómetro 56, y a unas seis de esa localidad situada al noroeste de Corrientes.
Según publicó El Litoral, el cuerpo se hallaba en una zanja y habría indicios de que pertenece a la mujer desaparecida.
Navarro, madre de una niña de ocho años y un varón de tres, fue reportada como desaparecida el 2 de marzo pasado.
El 28 de febrero, la mujer había realizado una exposición en una comisaría con el fin de abandonar el hogar, donde, según indicaron allegados, se llevaba muy mal con quien era su pareja desde hacía ocho meses, Eduardo Portillo, de 53 años.
La pareja se había separado desde hacía unos meses, a pesar de que seguían compartiendo el domicilio, donde dormían en habitaciones separadas.
Tras la desaparición de la mujer, Portillo, quien trabajaba como remisero, fue inmediatamente detenido y se secuestró su auto, ya que las sospechas apuntan a que pudo haber trasladado el cuerpo de su mujer después de haberla matado. Carolina Navarro consideró, en alusión a Portillo, que «él fue el principal culpable, se ensañó con mi hermana y la mató de una forma monstruosa».
«Tenemos impotencia y bronca por todo lo que pasó. Por lo menos mi hermana ahora está descansando en paz, pero no era el final que queríamos para ella», agregó.